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Ayer se me cruzó una infografía por Twitter realizada según fuentes de “The Economist” que explicaba que trabajar más horas disminuye la productividad y que “hora nalga no es hora de producción”; éste era el contexto:
- Las primeras 6 horas de trabajo son las más creativas y productivas
- Después de las 6 horas se pierde de forma progresiva en interés y disminuye el ritmo de producción
- Después de 9 horas el agotamiento es evidente, la calidad de trabajo prácticamente inexistente y la producción mínima
- Después de 12 horas no hay ni producción, ni concentración, ni energía ni alma…
Lo sabemos, y somos conscientes de ello pero; por desgracia, en algunas organizaciones y empresas todavía se tiene en cuenta y/o peor, se premia y reconoce a esos cuerpos presentes tras la finalización de la jornada laboral por entender de forma errónea que están más comprometidos hacia la organización que otros que se van finalizada su jornada.
Sí, está pasando y de forma más recurrente de lo que podamos imaginar. Hay quienes premian el temido “presentismo” haciéndolo formar parte de los valores y de la propia cultura de la empresa.
Es esa delgada línea entre los que cumplen en horario con sus objetivos (los tachados como que se les cae el bolígrafo de la mano a la hora en punto) y los que no tienen un mañana y no les importa lo que les espera fuera de los muros de su empresa.
Sigo dando vueltas de manera reiterada en mi cabeza a cómo puede ser posible que, en plena era digital, en una sociedad hiperconectada, donde la optimización de procesos y la búsqueda de la efectividad como clara palanca de transformación digital y de ventaja competitiva en este mercado VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) todavía haya un tipo gestión que premie esa conducta tan casposa y antigua de que quien más horas pasa en el trabajo produce más y es mejor profesional…
Ahondemos en el por qué de todo esto. Voy a intentar exponer dos perfiles que vienen a mi mente y desde la propia experiencia
1.- El CEO que premia al presentismo laboral es porque él fue presentista ayer y lo sigue siendo hoy.
- Suelen ser directivos que hacen de su trabajo su vida y creen que lo que hacen es lo correcto porque sin ellos las cosas no avanzarán.
- Si premia al colaborador que más horas pasa en la empresa es porque él cree que eso es compromiso… Porque él también pasa sus horas muertas entre pasillos vacíos cuando probablemente sería hora de estar en casa disfrutando de la familia o bien practicando actividades distintas al trabajo.
- No son conscientes de que al no tener más vida que la laboral, sus niveles de felicidad, creatividad e innovación merman ostensiblemente y pueden caer en la creencia de hacer de esto “un modo de vida” y no “un medio de vida”.
- Suelen ser personas sin una vida personal que les llene lo suficiente como para priorizar las cosas realmente importantes. Conocí una vez a un directivo que prefería marcharse a las nueve de la noche que llegar a casa y tener que bañar a los niños…
- Muchos creen realmente que si no echan esas horas la empresa corre peligro de supervivencia… En este caso el problema es diferente, porque si es verdad, la solución estaría en ver dónde está el problema e intentar cambiar las cosas a nivel de organización, procesos y equipo ¿no?
2.- El Trabajador Presentista
- Hay colaboradores que se vuelven presentistas por pura necesidad ya que las tareas y objetivos que le han sido asignadas es imposible realizarlas en las horas establecidas. Son personas víctimas de una mala organización que; por desgracia, a veces, creen que el problema son ellos. Que no dan para más. Esto causa un daño irreparable en la persona que se pone en cuestión. Si es tu caso habla con tus responsables e intenta poner remedio a esta situación lo más rápidamente posible. Ser presentista a la fuerza deja huellas irreparables en tu autoestima y en tu entorno personal que no deberíamos permitir nunca.
- Hay quienes lo hacen no para seguir trabajando más, sino para calentar la silla en pro a tener ese reconocimiento por parte de su jefe… Son personas que temen por su puesto de trabajo y creen que por estar más tiempo, tienen menos probabilidades de salir de la organización.
- Hay quienes viven para agradar a sus jefes, no para aportar valor real a la organización. Los hay más “pillos” y los hay con verdaderos problemas de autoestima. Los primeros saben agradar y siempre pronuncian las palabras que el resto quiere oír; los segundos creen que así agradan y con ello conservan su puesto. Quien trabaja en busca de reconocimiento constante, a mi modo de ver, no es un verdadero profesional.
- Son personas con una clara tendencia a procrastinar, lo urgente no tiene por que ser solucionado rápido, total tiene 12 horas por delante para solucionarlo, y si lo hace cuando los compañeros ya no están puede colgarse el mérito de la realización.
- Quien cae en este tipo de conductas reiteradas acaricia la mediocridad todos y cada uno de sus días.
Y podría seguir y seguir… y seguro que todo lo explicado anteriormente lo habéis vivido ; o peor, sufrido.
Es momento de recordar que…
El verdadero profesional del siglo XXI es un colaborador que suma valor a la organización desde su “saber hacer” y desde “hacer lo que debe hacer”. Es una persona con unos objetivos claros, un foco determinado, un hábito que le permite hacer otras cosas para seguir avanzando y creciendo.
Son personas con un nivel de compromiso que va más allá de agradar a su jefe quedándose más horas… La satisfacción de su trabajo y el éxito del mismo es su propia auto realización. Son flexibles, comprometidos, innovadores, con capacidad de adaptación al cambio. Capaces de trasformar y mantenerse en fase beta permanente para seguir en primera línea a través de su auto aprendizaje (algo, que sin duda alguna revierte en la empresa).
Saben cuando la situación requiere alargar una jornada, pero si la situación se repite ponen en cuestión la organización de su trabajo, revisan procesos, llegan al fondo de las causas y establecen los mecanismos necesarios para solucionar los posibles problemas con el fin de racionalizar una situación que no debería darse.
Sus niveles de compromiso son hacia ellos mismos (porque entienden que es la única forma de avanzar y sumar valor), hacia la empresas y sus equipos, pero sobretodo, están orientados al crecimiento de la marca y el negocio, algo que es el principio y el fin único de un trabajo de calidad y bien hecho.
Es gente con talento que pretenden a través de su trabajo crecer y aportar valor y creedme cuando os digo que esas políticas antiguas son las que provocan que el verdadero talento abandone nuestras empresas.
Desde estas líneas os invito a abandonar desde ya estas reminiscencias del pasado que tanto merman nuestra ventaja competitiva del futuro.
33 Comentarios
Como técnico superior en prevención de riesgos laborales, especialista en psicosociología, no puedo estar más de acuerdo con este artículo. Nada más inútil y enemigo del rendimiento de trabajo que el presentismo. Y lejos de ser un concepto intangible, los parámetros que miden la productividad en el trabajo, incluido los de concentración mental, están basados en métodos cientificamente provados.
Hola Carmen!! Gracias por tu comentario amiga que suscribo al cien por cien, compartimos la misma inquietud al respecto !! Un fuerte abrazo 😉
Muy bueno Eva,
Yo añadiría un par de aspectos, aquellos que saben que si se quedan, además les va a caer un “buen pellizco”, por tanto, no sólo compran “voluntades”, sino que además, están dejado claro que ni son leales, ni honestos, ni éticos… todo vale!
Y, por último, es curioso, que cuando ese directivo que les premia no está, porque ha tenido cualquier “evento”, esos mismos que nunca se van, ese día se van a su hora, incluso antes que los que lo hacen de forma “natural”.
Lo peor de todo, es que ese directivo, ni aprecia ese detalle, incluso cuando no están, estas mismas personas llegan a bajar su intensidad de trabajo, además de “sacar la lengua de paseo”!
En fin,…
Un abrazo,
José Luis Liñares
Hola José Luis!! Gracias por tu comentario amigo, son empresas que morirán en el camino porque el verdadero talento no apostará nunca por este tipo de situaciones, hay quien lo ve y corrige su cultura y hay quien sigue así porque no sabe hacer nada más… En fin mi sueño es tener que dejar de escribir sobre estos temas prontito por el bien de todos. Un fuerte abrazo 😉
Por desgracia, esto es el día a día de muchas personas…y es lo que buscan muchas organizaciones, pero así nos va; somos el país que más horas trabajamos y los menos productivos.
Hola Alberto!! Gracias por tu comentario amigo, mucho que hacer sobre este tema caduco, antiguo y un tanto casposo… Así les va a algunas empresas, es como ir en contra del futuro y del desarrollo del talento… Un fuerte abrazo y esperemos este tipo de conductas se vaya extinguiendo 😉
Si lamentablemente toda ia hay algunos Dinosaurios con Corbata que piensan que entre más horas se está en la silla más productivo serán el y su equipo. Siempre he tenido ese pensamiento presente y cada día ño afirmó más y más “es preferible 5 o 6 horas productivas, que 8 improductivas y sin sentido” yo estoy en el sector geriátrico gestionando equipos, cazando nuevos talentos y combatiendo con diréctores de residencias Geriátricas y sector salud donde se mucho esa escena….es mi lucha día a día. La has clavado Durán!!
Hola Ronald!! Gracias Durán jajja, si amigo el pan de todos los días, imagino que en tu sector mucho por hacer… Menos mal que tu ya lo estás en la otra esfera de la gestión de tus equipos !! Un fuerte abrazo y hasta pronto 😉
Hola Eva, estuve en la presentación de tu libro “Marca eres TÚ”, me encantó! Con respecto a este artículo llevas toda la razón. Primero que para que te cunda tu trabajo lo esencial es querer, sino quieres avanzar de poco te valen 8 horas que 10. Está claro que el tener que estar en la oficina con este tema del “presentismo” es absolutamente absurdo con tanto avance tecnológico, deberíamos trabajar por objetivos y ser cumplidores, nada más. No es tan difícil, pero hay que seguir opinando en estas cosas y haciendo lo que tú haces, ir abriendo los ojos a los trabajadores y a las empresas, seguro en un futuro el tiempo será optimizado y las formas de trabajar irán variando a nuestro favor, será lento, pero veremos los frutos. Besos.
Hola Rosa!! Feliz de verte por aquí también amiga !! El entorno laboral ha cambiado, la forma de medir el resultado también es por ello que este tipo de conductas lo único que hacen es ralentizar la viabilidad de las empresas. Cómo bien apuntas este cambio ha venido para quedarse es por ello que mejor nos adaptamos y dejamos las viejas creencias en un cajón o sufriremos las consecuencias. Un fuerte abrazo!!
Eva.
Excelente Post
Las personas debemos de hacer un equilibrio, en lugar de pasar mas tiempo de lo necesario en el trabajo hay que dedicar tiempo a la familia. Os aconsejo pesar en como ser mas eficientes.
Mil gracias por tu comentario Franklin, así es amigo. Un fuerte abrazo 😉
Muy de acuerdo con el artículo. En el fondo de estos ejemplos de presentismo yace un problema mayor que es la falta de confianza. Falta de confianza del jefe en esos empleados, puesto que un trabajador responsable no necesita estar atado a ningún horario para cumplir sus obligaciones… no hay mayor muestra desconfianza que poner normas a aquel que no las necesita. Y también falta de confianza en si mismos de esos empleados que tratan de tapar con presentismo sus carencias en lugar de trabajar por mejorarlas.
En un mundo hiperconectado la confianza es un valor necesario para tener relaciones saludables y productivas. Sin confianza estamos abocados al fracaso al medio plazo.
Gracias querido Jesús!! No puedo estás más de acuerdo contigo en todo lo que apuntas en tu comentario amigo, hoy ya no caben este tipo de actitudes sujetas al miedo al cambio que lo único que hacer es mermar día a día la posible ventaja competitiva de las organizaciones así que ¿Seguimos trabajando para cambiarlo no? Un fortísimo abrazo 😉
Y no creas que los directivos que son presentistas son necesariamente “de los de antes” por edad, que también los hay relativamente jóvenes. Además el presentismo no incluye solamente el estar 8 o más horas en la oficina, sinó que tengas que justificar todas y cada una de las horas en que no estás por cualquier motivo.
¡¡Gracias Eva por este artículo tan interesante y demoledor!!
Hola querido Francesc, lo tenía que escribir… Ya sabes mi opinión, el verdadero profesional no tiene porque dar explicaciones porque el resultado es quien le avala. Un fuerte abrazo !!
Las empresas que consiguen inculcar en sus trabajadores una filosofía, una creencia compartida, una historia, son aquellas empresas que se imponen por delante de las que no son capaces de definir su misión. Las empresas exitosas se preocupan de que sus trabajadores sean capaces de moverse por objetivos, las empresas que no son capaces de definir su misión son aquellas que se preocupan por la presencia de su personal el máximo de horas dentro de la oficina.
Felicidades por el artículo.
Gracias Carlos!! Así es tal y como manifiestas, mucho por hacer en este sentido pero seguiremos trabajando para cambiar estos comportamientos erróneos. Un fuerte abrazo !!
Estoy muy de acuerdo con todo lo que que comentas Eva. El presentismo es un problema cultural heredado y, en mi opinión, en buena parte tiene raíces generacionales. Es cierto que a día de hoy es una realidad, aunque tiene los días contados. Como sabes, la naturaleza del trabajo ha cambiado, el futuro ya está aquí y quienes no se adapten a una nueva forma de trabajar desaparecerán o pasarán a ocupar un lugar insignificante.
No soy persona de buscar excusas ni echar balones fuera. Creo firmemente en la orientación a los resultados y por experiencias de personas con las que he trabajado, cuando demuestras que consigues los resultados que has de conseguir, que has hecho lo que había que hacer (hacer lo correcto) y de la mejor manera que estaba a tu alcance, los argumentos del presentismo se diluyen. Se callan muchas bocas, por así decirlo.
Para combatir el presentismo sólo conozco una herramienta que da resultados: la efectividad. Si una persona trabaja de forma efectiva, en un entorno que fomente el presentismo, pueden ocurrir dos cosas. La primera, es que dejen de tocarle las narices, se compruebe que aporta valor independientemente de lo “desgastada” que esté la silla y se respete su forma de trabajar. La segunda, que el entorno no cambie y decida cambiar de entorno la persona (y si trabaja de forma efectiva podrá hacerlo).
Aún así, queda mucho por hacer y cambiar. Estamos en ello y lo conseguiremos. Enhorabuena por el post.
Un abrazo
David 🙂
Hola querido David!!! Esa cultura heredada parece tener unas raíces largas y muy gruesas amigo… Mucho por hacer y de aprender de personas como tú que trabajan la efectividad desde el método, la racionalización y la razón. Un fuerte abrazo amigo 😉
Eva, estupendo artículo, estoy totalmente de acuerdo, no somos conscientes del daño a la productividad que causa el presentismo.
Lo has expuesto con mucha claridad.
Gracias.
Muchas gracias Guillermo!! Gracias a ti por ponerlo en valor!! Un fuerte abrazo 😉
En mi opinión el trabajo es una expresión material de nuestros talentos y proyección de nuestro auténtico sentido de vida. No se vale quedarse quieto si algo no te llena al cien, es posible negociar mostrando resultados. El trabajo hoy en día no tiene que ser presencial ni a horas seguidas tras el ordenador. Esta en nosotros, en el compromiso con nuestro auténtico sentido de vida mostrar resultados incuestionables que resulten interesantes y redituables para los empleadores. Yo en los últimos años he trabajado desde casa al 100%, 3 días en casa 2 en oficina, desde Alemania y en variedad de áreas: edición, sistemas, redes sociales. Obvio lo que me ha dado acceso a esas posibilidades ha sido la huella digital y la gestión de marca personal.
Hola querida Graciela!!! No puedo estar más de acurdo contigo, en esta era donde las tecnologías lo ponen todo más fácil este tipo de comportamientos ya no tienen cabida. Yo he hecho un proceso muy similar al tuyo, pero no todo el mundo es capaz por la falta de las competencias digitales que hay que desarrollar. Un fortísimo abrazo 😉
Excelente entrada.
Totalmente de acuerdo.
Creo que es lo que nos ocurre actualmente con la ampliación del horario de 35 horas a 37,5 horas semanales.
Tengo la impresión de que estando más tiempo, estamos haciendo menos. Que nuestro rendimiento es algo inferior, que nuestro engagement es menor y que la gratificación, satisfacción y desarrollo personal están mermado.
Y también, que es más llamativo con directivos más tiranos y con pobre liderazgo.
Gracias Juan Antonio!! Mucho por hacer y regularizar en este sentido amigo, seguiremos trabajando para re-ordenar este tipo de disfunciones. Un fuerte abrazo y gracias!!!
Hola Eva, con este artículo me recuerdas a mi hace algunos años, en el que ninguno en la oficiana saliamos hasta que no se fuera el jefe y eso me trajo consecuencias de salud, afortunadamente valoré mi profesionalidad y compromiso laboral y le planté cara, hablé directamente con mi jefe sobre la costumbre de salir tarde, el deterioro de mi salud y el no contar con tiempo personal.
Mi experiencia me confirmó que la comunicación tiene poder y el mejor respaldo son mis resultados laborales, ante esto creo que no hay ningun incomveniente por cumplir tu horario laboral establecido, todo depende como lo comuniques y si es desde un principio mejor.
Un saludo Eva. =)
Hola querida Maria Fernanda, yo creo que casi todos hemos sufrido alguna vez la tiranía presentismo … Es una pena que tengamos que seguir escribiendo sobre este tema en esta época donde todo se está transformando a un ritmo trepidante, en todo caso, no nos dejemos atrapar más por esta cultura barroca y poco competitiva !!! Un fuerte abrazo 😉
Muy buen post, gracias!
Muchísimas gracias!!!
[…] Nota vista en el gran Blog de: Eva Collado Durán […]
Uno de los mayores problemas con el presentismo es el premiarlo por parte de dirección (y hablo desde la experiencia, porque el que mandaba correitos a las 23:00 iba ascendiendo como la espuma, mientras su rendimiento durante el día vamos a dejarlo en ineficiente…). Además tenías que irte siempre después del jefe porque si no, no estabas comprometido con la empresa….
En fin, un gran post y real como la vida misma, enhorabuena ! da gusto leerte Eva
Gracias querido David, así es… sigue pasando de ahí la necesidad de tener que seguir escribiendo sobre ello. Mucho por hacer amigo. Un fuerte abrazo y hasta pronto 😉