Emprender en solitario…
Un post real, desde mi propia experiencia, a pulmón y desde el corazón.
Este mes de abril se cumplen 4 años de mi emprendimiento en solitario. Cuatro años duros e inestables; no exentos de angustias y algún que otro lloro, pero que no cambio por nada del mundo… Bendito el día en el que me lancé a esta gran aventura que me mantiene viva, despierta y expectante. Una aventura de la que, para bien y para mal, soy la protagonista y de la que aprendo todos los días.
Supe, un día, que convertir mi vida profesional y personal en algo extraordinario estaba en mi mano… Que la motivación por lo que ejercía era mi propia responsabilidad y que la seguridad de la que gozaba en el trabajo no estaba en absoluto compensada. No me sentía realizada, no había un horizonte claro, no había emoción y quienes me conocéis, sabéis que yo sin emoción y pasión por lo que hago me convierto en quien no quiero ser…
A fecha de hoy no sé si fue una decisión consecuente o alocada, ya ni me lo planteo, solo sé que decidir es renacer cada día y que no volvería hacia atrás ni para coger impulso.
Voy a hablaros de cosas que suceden y que me hubiera gustado saber antes de decidirme a emprender.
- Soledad: Si, vas a estar solo para casi todo: Solo en la organización de tu día a día. Solo en tu espacio de trabajo. Solo en la toma de decisiones. Solo en la preparación, ejecución y venta de tu producto. Solo ante la dura competencia… Para afrontar todo esto hay un sólo camino posible; y es desarrollar competencias personales que te ayuden a ver esta soledad como ventaja competitiva.
Si no cuentas con método, te tornas efectivo, te marcas objetivos claros, pones foco, consolidas hábitos, trabajas tu inteligencia emocional, apuestas por la asertividad, controlas tus miedos y sabes encajar los fracasos de forma constructiva, difícilmente sobrevivirás.
- Inmovilismo: Cuando emprendes, debes olvidar la comodidad. La comodidad mantiene tus sentidos dormidos y con ello aparece la mediocridad, algo que no te puedes permitir si quieres avanzar. No puedes quedarte parado esperando a ver qué pasa… El proyecto te transportará a situaciones nuevas que jamás has vivido y a lugares donde nunca has estado. No podrás, inicialmente, buscar respuestas en un pasado que no existe y eso germina en tu mente de forma que esté en “modo on” permanente. No existen momentos de relajación hasta que se consigue cierto posicionamiento y; para ello, deberás poner toda la carne en el asador así como demostrarte a ti mismo y a los demás que el movimiento, el aprendizaje continuo, la auto exigencia y el rigor van a ser claves en tu éxito de futuro.
- La falta de un buen producto: Tienes que ser muy bueno en lo tuyo. Todas las horas que dediques a mejorar tu producto y a convertirlo en único en el mercado, son las mejores invertidas. Un buen producto nunca finaliza, siempre es mejorable y una de las claves es mantenerlo actualizado, vivo y único; de lo contrario lo que acabas ofreciendo lo ofrecen mil más, con lo que la posibilidad de ser el elegido se merma considerablemente.
- La realidad a la que nos enfrentamos: De cada cinco propuestas que prepares, sólo avanzarán, como mucho, una o dos. Mejor que lo sepas ya y que esto no te frustre, es la realidad. Te vas a encontrar en el camino a empresas y clientes un tanto “listillos” que te van a marear hasta sacarte la información suficiente para hacerlo ellos en interno. Otra triste realidad… Tienes que ser más listo que ellos y cobrar por esa segunda propuesta en la que ya les estás proporcionando las claves o ser honesto contigo mismo y declinar esta colaboración a tiempo.
Tus valores deben prevalecer ante los euros, la ética es rentable.
Vamos en solitario y en ocasiones únicas tenemos que competir en la asignación de un proyecto con empresas y grandes firmas que llevan tiempo en el mercado con una marca consolidada. Deberemos competir con duras “mesas de compras” cuando optemos a proyectos de gran envergadura y; créeme cuando te digo que es muy complicado, cuando ya solo a nivel de infraestructura te sientes insignificante y crees que no puedes competir…
No te amedrentes, sí puedes y debes hacerlo.
Si tu experiencia te avala, tu marca personal y tu huella es potente en muchas ocasiones te lo asignarán a ti. No puedo explicarte cómo te sientes en el momento en el que después de un proceso tan complicado y competitivo te conviertes en la opción elegida… Pasa y es cuando te das cuenta de que el trabajo bien hecho puede superar hasta tus propias expectativas.
- Pagos y cobros: Este apartado da para un post único y largo, no obstante voy a intentar sintetizar… Todos los proyectos que te encargan suelen ser urgentes. Lo dejas todo o robas horas de sueño para preparar las propuestas. Las envías y te responden. Desde ese momento hasta la aceptación y ejecución puede pasar un corto espacio de tiempo, (en el menor de los casos) o incluso meses. La preparas, ejecutas, impartes y probablemente las cobres como muy pronto al mes de la realización; o hasta 60 días a posteriori de su ejecución con suerte… Y claro, en muchas ocasiones te encuentras que tú sí debes liquidar tus impuestos, que muchas veces estás obligado a adelantar un IVA que ni tan siquiera has cobrado y eso es desesperanzador; porque, además en ocasiones puedes encontrarte con un impago y eso, por desgracia, también sucede. Eso sí, mientras esperas y reclamas (con más o menos suerte) tú tendrás que seguir liquidando impuestos, pagando autónomos y demás… Si no tienes un colchón económico para regularizar estas situaciones, emprender se convierte en un suicidio laboral. Hay meses en los que no entra nada y meses en los que cobras el triple… No te confíes y guarda. Nunca se sabe que pasará mañana y en el momento en el que cobres una factura transfiere el importe del IVA a otra cuenta bancaria para hacer pulmón y tener un dinero que no es tuyo preparado para afrontar el pago. A mí este sistema me funciona y me quita la ansiedad trimestral.
- La agenda: Cuando emprendes, los meses se vuelven días… Miras tu agenda y ves proyectos hasta dentro de un tiempo; aunque cuando es abril y observas desde la temeridad que a partir de septiembre no hay nada en ella, puedes caer en la inestabilidad y la desesperación… Sientes que no hay un mañana viable. Es el momento de confiar en ti, de apostar por ti, de saber que esa agenda se va a llenar seguro porque tu trabajo es bueno y haces lo posible cada minuto para convertirte en la opción elegida.
Recuerda siempre que lo que no hagas por ti mismo nadie va a realizarlo. No te desesperes en Agosto, el mes en el que todo se para, el mes en el que no hay ingresos seguro. Positivízalo, aprovecha para descansar, coger fuerzas, formarte, escribir, desarrollar nuevos productos. Si sientes que es un tiempo único para crecer hasta sentirás que aunque haya pocos ingresos vale la pena que llegue… Si no te puedes permitir el lujo de lo anteriormente expuesto, no olvides que Latinoamérica sigue trabajando en esas fechas y como hacen los artistas quizás sea el momento para prospectar posibilidades allí.
- La salud: Cuídate, si enfermas no cobras. Me reía días atrás con un tuit opinando que se había descubierto un nuevo componente en el ADN de los emprendedores que no se sabía la razón; pero enfermaban menos que los trabajadores por cuenta ajena… No sé si reír o llorar pero la triste realidad es que dependes de ti siempre y que si te indispones, lo que cobras de la Seguridad Social no es, ni cuanto menos, suficiente para cubrir los gastos que nos sobrevienen. A mí, personalmente, es algo que me preocupa muchísimo y he decidido complementarlo con un seguro privado, por si las moscas… Prefiero estarme de otras cosas y cubrirme las espaldas; ya que, por desgracia nadie está exento de caer enfermo.
Espero que te haya sido de utilidad. Pase lo que pase, independientemente de la dureza que suponga, créeme cuando te digo que es la mejor experiencia de mi vida, que no cambiaría nada de lo vivido y que cuando decides emprender te conviertes en el capitán de tu vida; y eso, para mí, no tiene precio.
Recuerda siempre que hay que ir a por agua todos los días y merece la pena hacerlo…