Las cosas han cambiado y mucho…
Vivimos en un mundo convulso que ha traído unos cambios que en ningún caso van a ser momentáneos o pasajeros. Han venido para quedarse, y si hay algo que si sé, es que ya nada, absolutamente nada, volverá a ser como antes.
Hay quien no se ha dado cuenta todavía de estos cambios y sigue repitiendo conductas descatalogadas difíciles de soportar para quienes ya están en otra onda, para quienes han adoptado una actitud positiva desde un modo completamente combativo y quieren hacer de este mundo algo mejor de lo que tenemos.
Por un lado encontramos a personas que se creen mejores que nadie…
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Se creen el ombligo del mundo.
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Creen que sus pensamientos son irrefutables dogmas de fe.
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Repiten el mismo discurso vacío hasta la saciedad y el aburrimiento.
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Se permiten dar consejos a quien no los pide ni necesita.
- Desde su autoridad, se permiten no escuchar lo que rompe su zona acomodada.
- Aquellos que por temor a perder poder y estatus machacan hasta conseguir ganar.
- Son egoístas e insolidarios.
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Aquellos que piensan que el uso de las nuevas tecnologías no es necesario.
- Aquellos que piensan que el uso de las Redes Sociales va en contra de la productividad.
- Que por desgracia actúan de esta forma porque lo que tienen de verdad, es miedo.
- Son incapaces de ver en las nuevas tecnologías una fuente inagotable de autoaprendizaje permanente.
- Son incapaces de trabajar para cambiar las cosas que no funcionan en sus vidas.
- Que no actúan, y esperan a que los demás les resuelvan sus problemas
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A los llora pasillos, aquellos a los que ves venir y te escondes por miedo a que te contagien.
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Son incapaces de cambiar tradiciones que les ahogan.
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Hacen de su problema una quimera y tema único de conversación.
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A los que se conforman con algo ni tan siquiera parecido con lo que sueñan.
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A los que se conforman con sucedáneos pudiendo tener los originales.
- A los que se compadecen de sí mismos hasta aburrir a las piedras.
- A todos aquellos que por miedo se someten a la tiranía de los demás, aguantando carros y carretas, que minan su ser y capacidades.
«La adversidad tiene el don de despertar talentos, que en la comodidad hubieran permanecido dormidos» (Horacio)
Este post está dedicado a todos los que me acompañáis en estas «nuestras redes» y especialmente a mis amig@s de FB que con sus aportaciones y discusiones sanas durante esta última semana me han inspirado para escribirlo. A tod@s un Gran Gracias!!!
Gracias mil a @jlcasal por esta magnífica foto que me ha cedido.
Y Para cerrar un vídeo … Esto es actitud!!! Y recordad como decía Ray Kroc: «Ninguno de nosotros es más importante que el resto de nosotros».