Ante todo, a ti que me lees, que me acompañas en la red y en este blog, te pido mil disculpas por mi ausencia estos meses.
Una ausencia necesaria y meditada.
Una ausencia marcada por cuatro razones poderosas y fundamentales que han requerido todo mi esfuerzo, foco, amor y atención plena:
- La enfermedad y fallecimiento de mi padre, mi media mitad, mi timón, mi amor incondicional.
- La pandemia y todas las consecuencias derivadas de esta nueva realidad impuesta tanto a nivel personal como profesional.
- Salvaguardar mi marca, una marca que quiero que sea igual de humana, creíble y auténtica, no en una nueva realidad sino en la realidad de siempre.
- La reinvención de mi modelo de negocio que ha necesitado cientos de horas con el foco puesto en lo que el nuevo mercado demanda y necesita.
Todo lo que he aprendido a nivel personal
- Que la vida nos pone a prueba, aprieta, e incluso ahoga, pero que, pese a todo es bella y vale la pena vivirla con toda la intensidad que merece, aunque sólo sea en memoria de los que ya no podrán hacerlo.
- Que se puede perder lo que amas y que, aun así, se puede seguir viviendo.
- Que la falta de libertad de movimiento me asusta y mucho.
- Que no es lo mismo la soledad elegida (que amo) a la soledad impuesta.
- Que los amigos (la familia que elegimos) son los que te salvan, y esta situación sobrevenida ha sido fundamental para saber quiénes son y serán.
- Que una vez más, dar sin esperar evita muchos dolores de cabeza y te permite dormir en paz todos los días.
- Que mantenerte en tu esencia, valores y propósito es el único timón al que agarrarse fuertemente para no perder ni la orientación ni el rumbo.
- Que éramos felices y a penas éramos capaces de verlo, valorarlo y agradecerlo. Lo teníamos todo, o al menos la capacidad de conseguirlo.
- Que el amor tiene muchas formas y caminos que se escapan de lo convencional y que querer «sentir» ha sido una de las mejores válvulas de escape y de felicidad.
- He comprendido de una vez por todas esta frase de Séneca: “En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es brevísimo; el futuro, dudoso; el pasado, cierto.”
Todo lo que he aprendido en el ámbito profesional
- Que lo que sabía no era suficiente, que no es lo mismo hacer una consultoría estratégica, una formación o una conferencia presencialmente u online, no es lo mismo. Que, aunque tu valor sea el mismo, tus niveles de motivación pueden verse tocados y peor aún, que quienes quieren contratarte piensen que de repente (por hacerlo desde casa) el precio es menor… Yo lo tuve claro, y pese a necesitarlo en muchos momentos, dije NO. Mi «nueva normalidad» no iba a ser bajo ningún concepto un tiempo de rebajas ni de gratuidad, porque todo lo que aceptas en estas condiciones marca tu huella profesional y se instala en ella por siempre. Si tú no te pones en valor nadie lo hará y menos el mercado, un mercado con mucha memoria.
- Que una agenda que estaba llena desde enero a noviembre puede caer, que interiorizarlo y gestionar el pánico al abrir el mail durante los dos primeros meses de la pandemia ha sido duro, devastador, y que, cambiar en mi mente el significado de “anulado” por “pospuesto” ha sido definitivo y clave para arrancar de nuevo y continuar. Gracias especiales a mi amiga y colega Laura Chica por hacérmelo comprender, ha sido un regalo para mí.
- Que cuando escribí en 2019 mi libro “El mundo Cambia ¿Y tú? Claves para diseñar tu futuro profesional en plena era digital” era consciente de esta nueva era sin precedentes que nos está tocando vivir, pero jamás pensé que cambiaría tanto y que un virus a penas imperceptible, nos iba a poner en jaque y contra la pared.
- Que haber mantenido la coherencia con mi marca y la templanza en mis decisiones ha sido fundamental para dar la vuelta a la situación impuesta y empezar a tomar las riendas de esta situación para convertir la gestión de este cambio y la reinvención no como un problema, sino como una nueva oportunidad.
- Que ya nunca más hará falta escribir ni hablar en mis conferencias del significado de las siglas V.U.C.A porque ya todos nos hemos enterado de la volatilidad del momento, de la incertidumbre como compañera de viaje de este mundo ambiguo y cambiante. Ya todos hemos entendido el concepto del filósofo Zygmunt Bauman.
- Que mis clientes a los que cuido como si fueran familia (de hecho, muchos y sus equipos para mi lo son) han seguido confiando y apostando por mí. La clave ha sido sentarme a pensar las nuevas necesidades que se les han podido crear (no desde la petición de consultorías o formaciones), planteándome que podía hacer yo por ellos como compensación y gratitud a todos estos años en los que llevamos trabajando juntos. Cuando sientes esto y lo pones en práctica una nueva relación y un nuevo mundo se abre. Gracias, sabéis quienes sois, que me tenéis y tendréis.
- Que era el momento de creer y crear, y sobre todo de arriesgar y así llegó mi primer info-producto al mercado “Impulsa tu liderazgo digital”, de la mano de Javi Pastor y su equipo. Medité mucho sobre este lanzamiento, mucho, no podéis imaginar cuanto, luché contra mis demonios, resistencias y lo vi claro en mis noches de insomnio. Era un reto, cientos de horas de trabajo, grabaciones y suponía una exposición pública de mi marca (con publicidad incluida, algo que jamás había hecho). El resultado inmejorable, con un evento que siguieron 8.120 personas… Un sueño convertido en realidad. Una vez más, sólo apostando las cosas suceden, y hay que asumir nuevos retos, ahora más que nunca.
- Que en los momentos de incertidumbre es cuando se ve la verdadera talla de las personas y su profesionalidad. Que la supuesta “no competencia” de repente se ha convertido en «feroz competencia». Que quien menos esperabas, es el que se ha salido por la tangente, y que cuando has necesitado apoyo han desaparecido. Y agradecida profundamente, porque gracias a estas manifestaciones he podido detectar relaciones profesionales inertes que salen de mi vida para dar la entrada y la bienvenida a otras que, estoy segura me harán mejor profesional y mejor persona. Recuerda siempre esta frase “La gente quiere que te vaya bien, pero nunca mejor que a ellos” así me hizo entender esos momentos no esperados e ilógicos mi amigo y mentor Francisco Alcaide. Gracias Paco.
- Que, pese a todo, he tenido momentos profesionales inolvidables que han acercado mis conferencias y formaciones a 7 países, y es cuando (aunque eches de menos poder viajar y compartir estos momentos de vida) bendices, una vez más, las nuevas tecnologías que lo han hecho posible consiguiendo que se haya triplicado el público y la visibilidad.
- Que esto no ha acabado aún y que hay que seguir caminando por un sendero complicado y tremendamente abrupto, y no pasa nada si somos capaces de ver las oportunidades y trabajamos para conseguirlo. Qué éramos felices y a penas nos dábamos cuenta.
Saldremos de esto porque siempre lo hemos hecho. El reto es no olvidar nunca más que, quizás lo que haces y sabes hoy no sea suficiente para abrazar el mañana, y eso solo pasa por la conciencia plena y por el deseo firme de seguir aprendiendo y reinventándote toda la vida. Sigamos caminando juntos !!
Gracias, gracias, gracias por estar siempre a mi lado.
Abrazo inmenso y sentido.