Estoy plenamente convencida de que una parte del desarrollo profesional en el trabajo pasa por la relación y sinergías que se establecen con las personas con quienes compartimos nuestro camino laboral.Me vais a permitir describir en tono un tanto jocoso y en clave de humor a esas otras especies que, por desgracia, existen y con los que tenemos que cohabitar en ocasiones de forma forzosa en el seno de nuestras empresas.
- El/La “Ya te lo decía yo”: Este tipo de compañero no suele tomar iniciativa alguna pero se permite de forma natural y condescendiente recordarte (como buen visionario que cree que es) que si hubieras hecho caso a sus predicciones te habría ido mejor. Qué feo es recordarle a alguien que intentó hacer las cosas mejor o de forma diferente su posible fracaso en el intento.
- El/La “Miedica”: No hay nada peor que convivir con el miedo. Este tipo de personas pueden llegar a mermar ostensiblemente nuestra capacidad de actuación e iniciativa pronunciando frases como: “¿te las vas a jugar?” O peor aún… Ese temible “yo que tú, no lo haría”. Tienen la gracia especial de conseguir del más lanzado, cosas en beneficio propio, porque siempre saben como hacer para que otros hablen y pidan por ellos.
- El/La “invisible”: Llega, trabaja y se va… Es como un holograma que recorre los pasillos de la empresa. No saluda, no regala ni un buenos días, no pregunta por no ser molestado, no saluda por no tener que pararse. Le importa bien poco lo que pueda estar sucediendo mientras no le mareen. Estas personas serían felices con la capa de invisibilidad de Harry Potter.
- El/La “Rastrerillo”: Este es aquél que te vende fácil y que no se casa con nadie. Trabajar no trabaja mucho en lo que debe; pero invierte una energía considerable en deambular entre unos y otros con correveidile para conseguir cosas en su propio beneficio. Nunca dará la cara por un compañero y cambiará de opinión a la velocidad del rayo para salvarse él.
- El/La “Intrigas”: Este prototipo se dedica a sembrar dudas entre sus compañeros. Es aquél que de repente va y te dice: “Algo está pasando, se han reunido todos los jefes…” o: “Han llamado de la central de Francia y tendríais que haber visto la cara que se le ha quedado al Director General” Logra desconcentrar a quien tiene a su alrededor sembrando un pánico controlado pero muy dañino.
- El/La “Estoy aquí para recordarte tus incompetencias”: Suele darse entre esos mandos intermedios que están cerca de la Dirección y que, al tener cierto acceso a información, cada vez que te ven te dicen: “¿Ya has acabado aquello que te pidieron? ¿Cómo llevas tal proyecto?” Y acaban diciendo: “Te lo recuerdo por tu bien…” Este prototipo tiene alma controladora. El problema añadido es que mientras cumple ese papel que no le ha pedido nadie, deja de trabajar en lo suyo.
- El/La “Tu pregunta que te contesto con otra pregunta”: Estas personas son peligrosas porque cuando necesitas algo de ellas nunca acabas de conseguirlo. Suelen ser excelentes escapistas de las responsabilidades y; como el aceite con el agua, ellos siempre quedan impunes y por encima. Su nivel de implicación es mínimo y se creen inteligentes por que casi siempre se van salvando de lo peor.
Humor y realidades aparte, no creo que haya alguien así al cien por cien, pero de lo que si estoy convencida es que según la época y el momento que nos haya tocado vivir dentro de una empresa, seguro que alguno de estos comportamientos nos han afectado alguna vez de forma indirecta o incluso hayamos sido protagonistas principales de los mismos.
A mi modo de ver, SER BUEN COMPAÑERO ES:
- Preguntar cómo estás o cómo te va y pararte a escuchar la respuesta porque te interesa de verdad.
- Preocuparte por el buen clima de quienes te rodean, regalando una buena sonrisa cuando es necesario y ser lo suficiente valiente para decirle a tu compañero si necesita mejorar o cambiar en algo.
- Participar, mejorar, colaborar, implicarte con el resto de las personas y del proyecto.
- Compartir información, Know How, enriquecer, desprenderte de parte de tu brillo personal para que brillen los demás.
- Olvidarte de las medallas y pensar en el bien común de la Organización.